Hábitos saludables: el movimiento “real food”

La corriente real food (comida real) defiende una filosofía de alimentación natural y no procesada, y su principal objetivo es mejorar la salud de la población a través de su alimentación. Como estilo de vida sana, proporciona una guía de qué alimentos consumir y recetas de cómo combinarlos para lograr una nutrición completa y un cuerpo y una mente sanos.

El movimiento nace en el año 2013 de la mano del nutricionista Carlos Ríos, utilizando las redes sociales como medio de difusión. “La salud no depende del número de calorías que ingieres, sino de la calidad de ellas”.

Supone una vuelta al pasado, a lo que consumían nuestros abuelos, priorizando el alimento sobre los nutrientes y repudiando todo alimento procesado o ultra procesado que contenga azúcares añadidos, aceites vegetales, sal… Se trata de erradicar de nuestras neveras y congelados todos los alimentos etiquetados como “enriquecidos con”, “bajo en”, “light” y otros calificativos que lo único que hacen es manipular el producto natural.

Clasificación de los alimentos:

  • Comida real. Productos tal cual los conseguimos de la naturaleza con un mínimo de manipulación de manera que esta no empeore las propiedades saludables del producto. Estaríamos hablando de verduras, frutas, legumbres, huevos, leche fresca, cereales integrales, carnes y pescados sin procesar, hierbas y cafés e infusiones.

  • Alimentos procesados buenos. Son alimentos reales con un procesamiento artesanal al que se le retiran partes del mismo, por ejemplo, las habas peladas a las que se ha retirado la vaina, o a las que se le añade algún producto para facilitar su conservación como por ejemplo las legumbres en bote a las que se le añade salmuera. Estaríamos hablando del aceite oliva, yogures y lácteos fermentados, panes integrales, pescado en conserva, jamón y comida real congelada o envasada al vacío.

  • Alimentos procesados malos. Es lo opuesto a la comida real. Son preparaciones a las que se añaden en su elaboración más de cinco ingredientes como harinas, azúcares, aceites vegetales, aditivos, sal, glutamato… Nos encontramos en este grupo los refrescos, zumos envasados, bollería, pan refinado, galletas, toda la gama de precocinados, snacks, carnes y pescados procesados, salsas comerciales y un larguísimo etcétera.

Los 12 principios para generar un hábito de real food son:

caja de cartón marrón sobre mesa blanca

1. Adiós a los alimentos ultraprocesados. Bollería industrial, refrescos o lácteos azucarados, por ejemplo.

2. Sí a la comida casera. Se apuesta por comer comida casera sin restricción de alimentos, siempre que sean sanos y se cocinen de forma casera y no industrial.

3. Cultiva en casa, si puedes. Nada más natural que tu propia planta de pimientos o plantas sazonadoras como el perejil o la hierbabuena.

4. Buenos procesados. Es muy difícil no comprar cosas procesadas, pero que sean lo más sanas posibles, como el aceite de oliva, las verduras congeladas o el pan integral.

5. Un nuevo estilo de vida. No se trata de hacer dieta, se trata de elegir lo que es sano y bueno para nuestro cuerpo, y convertir esta tendencia en un hábito a la hora de hacer la compra y de cocinar. 

6. Hechos científicos. Los productos ultraprocesados nos hacen sentir más cansados y crean adicción por el exceso de azúcar. Los alimentos reales nos dan energía y mejoran el funcionamiento del organismo.

7. Pequeñas tentaciones. Un estilo de vida sano implica permitirse caprichos de vez en cuando. Dos veces a la semana puedes tomar cualquier alimento que te apetezca, aunque no cumpla los requisitos de real food.

8. Hacer ejercicio. Todo estilo de vida sano implica hacer ejercicio físico. Cualquier actividad que genere movimiento corporal entra dentro de esta filosofía.

9. Toma el control. El secreto del éxito está en que el proceso sea paulatino, y haya una toma de conciencia poco a poco a la hora de elegir los alimentos. No tiene por qué ser un cambio brusco, pero sí constante; cada uno a su ritmo y adaptándose a las nuevas rutinas.

10. No te enfoques en las calorías. No se trata de contar calorías, sino de decidir si son buenas y sanas.

11. Creatividad. Juega y crea tus propias recetas con los nuevos alimentos que compras.

12. Presta atención a las etiquetas. Hay que leer las etiquetas de los alimentos y buscar la verdad entre la publicidad y los ingredientes reales.

En resumen, una alimentación sana que nos proporcione una buena nutrición durante el día, mejora el rendimiento y evita la fatiga y la somnolencia; así nos aseguramos de tener la energía necesaria para poder ser productivos en el trabajo y disfrutar del tiempo libre. Tener buenas sensaciones en ambos campos nos hará ser personas con un mayor equilibrio respecto al estado de nuestra salud, con menos estrés y más felices.


Supercolaborador Antonio López-Fuensalida

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