En un marco inmejorable por su relación íntima con la biodiversidad, el Salón de Actos del Jardín Botánico, tuve la suerte de asistir el pasado 2 de marzo a la presentación en sociedad del Libro Blanco de la Alimentación Sostenible en España, bajo el patrocinio de las dos fundaciones que lo han hecho posible, la Fundación Alternativas y la Fundacion Carasso. La Fundación filantrópica Daniel y Nina Carasso lleva 8 años trabajando en España con el objetivo de contribuir a acelerar la transición hacia sistemas alimentarios sostenibles, en el sentido que los define la FAO: sistemas que permitan “satisfacer las necesidades de las generaciones presentes y futuras, y al mismo tiempo que garanticen la rentabilidad, la salud ambiental y la equidad social y económica”.
La publicación, fruto de un proyecto ambicioso iniciado en 2019, fue presentada por la Directora de la Fundación Carasso, Isabelle Le Galo, que hizo un repaso a los varios sentidos de la palabra “medida” para calificar el trabajo realizado:
a) “medida” en su primer sentido de acción de medir, ya que el libro proporciona datos objetivos que nos permiten cuantificar la realidad que estamos observando,
b) “medida” como acción a emprender para dar solución a los problemas diagnosticados, ya que el libro contiene toda una serie de propuestas de acción que se van a presentar a los poderes públicos,
c) y también “medida” en el sentido de mesura, de voluntad de buscar consensos y no caer en posiciones extremas.
Además de un muy atractivo diseño gráfico, el libro cuenta con las aportaciones de 53 expertos que, desde disciplinas distintas y a lo largo de 15 capítulos, van abarcando temas de enorme actualidad como la cuestión de la ganadería intensiva, la sostenibilidad de la producción agrícola, la relación entre alimentación y salud, el consumo responsable o la publicidad alimentaria en España, con una voluntad común de ayudar a resolver este nudo gordiano que es hacer posible la transición ecológica. Uno de los capítulos trata el tema de las nuevas fórmulas cooperativas en logística y distribución de alimentos sostenibles como los food hubs y los supermercados cooperativos como nuestro SuperCoop.
La mesa debate sobre “Los retos de la alimentación en España” transmitió una sensación de urgencia ante la necesidad de transformación de nuestros hábitos, pero me gustó que lo hiciera no desde el dramatismo que a veces impregna la reflexión sobre los estragos del cambio climático, sino de forma positiva, desde la ilusión ante la ventana de oportunidad que se abre al tener ahora suficientes evidencias científicas para saber cómo actuar. Me pareció especialmente interesante la intervención del Dr. Nicolás Olea, que dio cifras muy llamativas sobre la relación entre alimentación y salud, como por ejemplo que consumimos 400% más proteínas que las necesarias o que en España hoy el 17% de la población es obesa y el 50% tiene sobrepeso, con los enormes costes que esto tiene para la salud. Destaco una de sus frases: “Si la alimentación convencional llevara asociada un sobrecoste para pagar los costes sanitarios que genera su consumo, lo ecológico sería barato”.
Lo que más me gustó fue el aspecto pedagógico del libro y la voluntad expresa de ambas fundaciones patrocinadoras de poner este conocimiento científico al servicio de todos, investigadores, estudiantes, consumidores, sociedad civil con el objeto de generar una ciudadanía consciente e informada que pueda contrarrestar los mensajes manipuladores de las grandes distribuidoras. Este Libro Blanco está accesible a todo el mundo a través de la web de la Fundación Alternativas.
Una de las conclusiones es que para promover esta transición hacia una alimentación sostenible, hay que apoyar las iniciativas que acercan el campo y el mar a la ciudad y el citadino al agricultor, como son la agricultura territorializada, la producción agroecológica, los circuitos cortos comerciales y físicos, los productos de temporada y km 0, las cooperativas y grupos de consumidores, en la línea de lo que nos proponemos en SuperCoop.
Supercolaboradora: Carolina Mayeur